Este es un charango boliviano tradicional, construido con la caparazón de un armadillo quirquincho auténtico. Este tipo de charango es considerado una pieza única y representa una parte importante del folclore y la tradición musical de Bolivia. El uso de la caparazón de quirquincho como caja de resonancia le otorga un timbre y una resonancia particulares, distintos de los charangos construidos con madera.

Este charango en particular se describe como «tallado original», lo que sugiere que la caparazón del armadillo ha sido trabajada artísticamente, posiblemente con diseños intrincados o motivos tradicionales bolivianos. El tallado puede realzar la belleza natural de la caparazón y hacer de cada instrumento una obra de arte única.

El mástil de un charango de quirquincho suele estar hecho de madera dura, como el jacarandá o el naranjillo, y cuenta con un diapasón con trastes. El número de cuerdas es típicamente de diez, dispuestas en cinco órdenes dobles, afinadas de manera característica para el charango.

Debido a las regulaciones sobre la protección de la fauna silvestre, la disponibilidad y legalidad de los charangos de quirquincho pueden variar. Es importante asegurarse de que la adquisición y posesión de este tipo de instrumento cumplan con las leyes locales e internacionales de conservación.

Un charango boliviano de quirquincho tallado original no solo es un instrumento musical, sino también una pieza de artesanía cultural con un significado histórico y tradicional profundo. Su sonido único y su apariencia distintiva lo convierten en un objeto de valor tanto para músicos como para coleccionistas interesados en la música y la cultura de los Andes.